El universo de los videojuegos y de los eSports (deportes electrónicos, los eventos competitivos de esta industria) cada vez tiene un hueco más grande en el mundo de la inversión.

 

Las barreras que está superando el fondo cotizado (ETF) más grande a la venta en España sobre esta temática, el VanEck Vectors Video Gaming and eSports ETF, son un claro ejemplo de ello: el producto acaba de superar los 1.000 millones de euros en tamaño, algo especialmente reseñable si se tiene en cuenta que empezó 2020 con apenas 25 millones de euros bajo gestión.

Aunque la pandemia de Covid-19 ha contribuido a impulsar al sector en los últimos meses, el auge de los videojuegos es una tendencia que lleva ya años consolidándose y que va más allá de los confinamientos domiciliarios: desde hace varios años es la industria cultural que más dinero mueve en todo el mundo, superando los 180.000 millones de euros el año pasado, por encima de las previsiones que apuntaban al entorno de los 160.000 millones, según los datos de International Data Group. Esto no solo es mayor que lo que generan la robótica y la ciberseguridad, también es más de lo que mueven la industria del cine y de la música juntas.

Los premios que reciben los ganadores de las competiciones oficiales de algunos juegos superan los que se embolsan titanes del deporte como Tiger Woods por sus victorias y, sirvan como ejemplo de su interés en el mundo hoy en día, los eventos como las finales del League of Legends de 2018, que tuvieron más seguimiento que las finales de la NBA.

Con esto en mente, no es de extrañar que sea uno de los sectores en los que los inversores tienen puesto el punto de mira en este momento con más intensidad. El ETF de Van Eck tuvo un año realmente positivo en 2020, con una revalorización del 83,67% en el ejercicio, similar al 84,7% que logró su índice de referencia, el MVIS Global Video Gaming and eSports Index, que recoge 25 firmas del sector, algunas muy conocidas, como Tencent, Nintendo, Activision Bli-zzard o Electronic Arts, y otras no tan célebres.

Se trata de un fondo indexado con el que el inversor gana exposición a distintas facetas del mundo de los videojuegos: además de tener acciones de las desarrolladoras y de distribuidoras de los juegos, también cuenta con compañías cotizadas centradas en la parte de los eventos que reúnen a miles de personas y son seguidos por millones, así como compañías como Nvidia, que se dedican a la fabricación de los componentes necesarios para que las consolas y los ordenadores ejecuten bien los juegos. También hay una pequeña exposición a las plataformas de vídeo en streaming.

Fuente: eleconomista.es

Javier Brunet

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